Wednesday, August 15, 2007

MADRE/HIJO

El adolescente tiene la apariencia de un Tetris con pantalla de demostración, o de el que se queda mirándolo…alelado. Nació con muy poca gracia y con mucho sueño, tarde y sin apuro, con la misma sangre negativa que su madre.
La madre es como Sonia Braga pero trabaja de dependienta de un local de vestuario femenino. Tiene varices y rosácea. Se casó de joven con un hombre tanto más grande.
Ese hombre tenia fosas en los nudillos de los cuales tomaba agua acumulada durante el día.
Su pelo nunca había caído tan bajo como su moral y se replantaban en su espalda y formaban jardines colgantes de sus orejas.
La única forma de no perderla fue dejarla viuda.
Quedaron solos ellos dos.
Ella tomaba y el sabia.
El fumaba marihuana y ella sabia.
A veces ella quería cambiar su vida por la de el.
Lo cierto es que estaban a la misma distancia del desaliento.

─ Como te fue en el liceo hoy?
─ Bien mamá.
─ Tenía un llamado perdido en el celular de ahí, que pasó.
─ No se, preguntáles.
─ No tengo crédito. Mejor te acompaño ahora y les pregunto.
─ ¿Y tu laburo?
─ No importa que llegue un poco más tarde, ayer trabaje hasta tarde. ¿Que hiciste anoche que cuando llegué no estabas?
─ Me quedé un rato en casa de Camila.
─ ¿Camila?
─ Si, mi chica.
─ ¿Es bonita?
─ Si, tiene tetas grandes…
─ ¡Pablo!
Lo miró divertida y largó una carcajada que se perdió en cascada.
─ Dale, termináte la leche que se hace tarde.

Se levantó largo y pesado, dejó el plato y la taza en la pileta y siguió a su madre a la puerta con el pan en la boca mientras se ponía la chaqueta.

PADRE/HIJA

─ El tiempo debería ser diferente para los hombres.
Dijo el anciano sentado a contraluz, no se le veían los rasgos pero se adivinaba la edad por el pasar de la luz en sus canas.
─ ¿Cuáles hombres se merecen un tiempo diferente?
─ Los agónicos...
─ ¿Sus minutos deberían durar más o menos?
─ Su tiempo debería ser un reloj de sol.
─ ¿Y si agonizan a la noche papá?
El hombre dejó que su cabeza cayera como vencida, de venas inconclusas.
─ Se les debería permitir suspender el tiempo y retomarlo al despertar.
─ Si no mueren mientras duermen…
Yo terminaba en ese momento de tender la cama y los miré con signo de interrogación en las cejas, el hombre seguía absorto en su sombra y su hija miraba la lucha de sus dedos por escapar de los anillos artesanales que los oprimían.
─ Entonces serian el tiempo el que muere de agonía.
─ ¿Pero no dicen que es el tiempo el que cura? El semblante de la mujer era indolente.
─ Hablan de tiempos pasados, los recuerdos a destiempo. De los que quedan, del propio tiempo desconsolado, casi humano.
─ Del tiempo infantil, ¿no? El espacio que ellos cuentan entre dos hechos son siglos, como entre cumpleaños, como cuando te fuiste en ese viaje en barco.
─ Si, como el regreso, como tu madre, como oler el atardecer o lamer un vidrio, como el rastro de un olor en un objeto que se funde con el agua de los ojos y se evapora.
─ Como querer robarle tiempo al tiempo, o hacerlo y perderlo.
─ ¿Lo acuesto Señor?
─ Si, si, papá yo me tengo que ir. El próximo domingo vengo.
─ ¿Y tu madre?
─ ¡Ay papa!
─ ¿Va a comer Señor?
─ No aún, voy a leer un momento, hasta que se vaya el sol. Dijo el padre recostándose, su hija le pasó un libro de la mesa de luz y le beso la frente.
Me acerque a la ventana y pude ver el viento, cuando giré luego de cerrarla, el hombre dormitaba con un dedo señalando la página número sesenta y dos donde leí:

“Hay días en que el tiempo se cansa y se queda rezagado, resoplando sin aire como de subir cuestas infinitas llenas de remolinos y horizontes de montañas rusas, con ganas de apagar su taquicardia y de tomarse a si mismo, y otros, en que agotada la paciencia y a sabiendas de todos los finales de todas las historias usa flechas minuteras para dar en las horas cociendo hechos indiferentes, y hay momentos como este, en que respiro por todo el cuerpo y bajo el agua, apenas, y tan suficiente como para seguir siendo transparente, amniótica, esdrújula …”

Wednesday, July 04, 2007


Charlotte Perriand (París 1903-1999): Chaise Lounge/Le Corbusier

Wednesday, June 13, 2007

Two jumps in a week

“Two jumps in a week, I bet you think that’s pretty clever don’t you boy?”, que buena canción…no debería de haber fumado tanto anoche… debo de tener olor a pachulí en esencia…que se apiaden de mi…debería de haber comprado en el kiosko antes de subirme al avión un par de caramelos de menta y alguna revista, mierda, me olvidé del libro, estratos, cumulus ninbus, no…altocumulus, “Don't leave me high, don't leave me dry …”se ven increíbles a las siete de la mañana, completamente drogada, allá abajo, como alfombra. Debería de haberme acostado más temprano, ya no hay cuerpo que aguante…menos mal que Juanito me los arma, ya fumaba mal en pipa, me los compra, me los arma y se fuma uno cada miércoles cuando me los trae…(más largo que puteada de tartamudo…jajajja…más confundido que polaco en día de la independencia jajjaj…menos onda que bandera…lloran de risa los gusanos que salen de mis ojos) , sino fuera por Juanito fumaría cualquier mierda…el doctor cuando me dio la opción, la única, se puso serio como tumba…Ja! Claro!!! Obvio…como tumba…”le calmará el dolor!” yo agradecida, de-terminada, me fui a casa, lo llamé a Juan al trabajo porque si lo llamo a la casa lo echan…su mujer me odia a muerte, Vinca se llama, pobre, Vinca, vinca-per-vinca (“Propiedades: Los alcaloides tienen acción simpáticolítica =reduce la actividad del sistema simpático…justo!! – se cagan de risa los gusanos y el otro ojo los mira con desaprobación), se fue a dormir una noche, cena de amigos hace muchos años…diez, doce??..., nos dejó escuchando a Roberto Carlos en el balcón, nos fumamos otro porro y el whisky en la botella desaparecía como la antártica y terminamos en pelotas echando un polvo divertidísimos colgados del décimo piso mientras algún que otro vecino apagaba la luz y corría las cortinas, “Acaaaa se te ocurre, en nuestra casa, hijo de puta, hija de puta, perra de mierda y con los nenes durmiendo en sus camas, que tipo de padre sos ?!!! sos una mierda!!!!” gritaba y claro, se despertaron los nenes, los vecinos prendieron las luces y quedó la cagada…me fui con los calzones en la mano pensando en lo ordinario del vocabulario de Vinca y lo dejé, pobre Juaniton compacto a cachetadas como escarabajo con la planta de su mujer que lo puteaba en tres idiomas y para el caso que podría haberle recitado La Iliada que el pobre no era capaz de asimilar nada …pero el no me dejó a mi…siempre viene, todos los miércoles y me trae 10 porros armaditos preciosos y se fuma uno conmigo mientras escuchamos a Frank Sinatra y Little Jimmy Scott y Martha Wainwright, nada de música ligera, “¿dos meses?”…sangre lenta…”si, si, dos o tres…” y nos ponemos serios, treinta años que lo conozco y nunca más nos tocamos…me rechinan los dientes…la cordillera de los andes es la huella inmensa de un zapato de suela de goma…Dios habrá usado zapatos de goma? Si lo descubre CSI-Paradise muere fusilado…que frío, pobre Moncho de puro caliente, era virgen cuando cayó el avión…recaliente lo rescataron con diecisiete años y aún anda mezclado entre adolescentes en la playa de Punta del Este, sus padres murieron de pena, esperando…donde andará, vivirá??...llegamos…me esperan con una silla de ruedas en la manga…hace veintisiete años cuando Facundo cumplió los cuatro, a su padre el gobierno militar le ofreció un puesto en Curico en una viña y acepto. Al trigésimo quinto huevofrito que me ofreció después del postre, en el almuerzo, decidí abandonarlo, esto fue 35 domingos después, no soporte un día más a los chilenos malhablados “iaposhueonnoseaivamoalchoping-tremendohuevonreculiado”, las palabras soeces se piensan no se dicen…y me volví a Buenos Aires de vacaciones a visitar a mi madre, Facundo tenía que empezar el colegio y no paraba de pedir huevofritos e inventar chistes, lo llevé de vuelta a Chile en marzo de milnovecientosochentayuno y se crió con su padre…ahora me estaba esperando a la altura de policía internacional, cuando lo ví, los gusanos de mis ojos dejaron de reír y cayeron a mis pies sin-con-suelo, llegamos al hall de arribos y una chirusa teñida de rubia se presentó como su polola y me abrazó. Los pulmones se me pegoteaban como alquitrán caliente en las costillas, me instalaron en el asiento trasero del auto y al pasar el peaje abrí la ventanilla y me prendí un pito, “Ima” me decía mi hijo que nunca tuvo un familiar judío, “Ima usted va a estar bien, va a ver, el papá la espera con una cazuela de mariscos y unas humitas con tomate, la Tere me dijo que el fin de semana venía a verla” decía y me miraba por el espejo retrovisor mientras el espanto de mujer le acariciaba la nuca a mi hijo, pito le dicen acá “!!¿tefúmasteunpitito-poschuchaetumadre?!!!” le gritaba el taxista al sucio que cruzaba la alameda por la mitad de la calle con las manos llenas de pedazos de vidrio de botellas verdes mientras se reía delirante, el cielo desde la carretera de chile se parecía a un licuado de banana y agua, abandonado a la mañana en una jarra, mi hijo pasa los cambios con la izquierda y me da la mano derecha hacia atrás, como hacia su padre cuando viajaba dormida, embarazada y dolida en el asiento trasero del auto “It's the best thing that you ever had, the best thing you have had has gone away...”

Tuesday, June 12, 2007

Monday, April 23, 2007

Pulmonar

Le nombraron Tiempo de apellido Pereda Vilar.
Fue hijo tardío de padre jubilado y madre ama de casa.
A la edad de veinticinco enterró al último de sus progenitores, su padre.
Estudiante con buenas notas, gran deportista, indiferente a los traumas terminó el colegio con diecisiete y se graduó de arquitecto con veinticuatro. Muy bueno por lo demás.
Cuando lo conocí tenía el alma unida con alambres de estaño. En manos ajenas se había roto, partido, hecho trizas glaseadas y de las mías, descuidadas, resbaló hasta mis pies logrando que mi espina se clavara una y otra vez entre mis omoplatos y mi coxis en el esfuerzo sacrosanto de volverla a mi cuerpo.
“Pereda!!” gritó mi amigo y yo cortésmente despegué lo factible mi cola de la silla hasta topar la falda con la mesa para saludarlo sin atenderlo.
Estaba yo tan absorta en mi.
Me adoraba por eso.
No veía más que placas a mi alrededor y odiosas servilletas de papel. Las odio.
Un otro día me invito a salir y fuimos a una obra en construcción.
Fuimos a su casa que era una caja con estantes.
Y a su cama, un volcán al vacío.
Hizo maravillas con mi alma y nos olvidamos por siempre el uno del otro hasta las tres en punto de la madrugada de hoy.

Sunday, April 01, 2007

Plagios

Admiraba tanto a su padre que queria ser tan ausente como el.
...dijo, tan sentencioso como un duende.




Ph. Luis Gonzales Palma

Wednesday, March 28, 2007

HECHOS II

Llueve y Josefina le tira una moneda a la calle sin pedir, ya, el mismo deseo. Gastón fue a conocer al amante de su mujer a México, los regalos que ella le traía de sus viajes eran los souvenir de los dos. Cuando Matilde se enteró que tenia cáncer no volvió a su casa por tres días, su marido la daba por muerta y no la reconoció al entrar. Angela tuvo su primer orgasmo auto inflingido a los 29 años, el segundo siguiente, otro. Carolina se llevo todo mientras el no estaba, solo le dejo el libro abierto en la página que estaba leyendo y la mesa de luz. Daniel solo aspiraba a la mediocridad para justificar el fin. Ricardo dejó que Lucia se casara con Alberto solo para esperarla diez años con ansias, o veinte. Solo con Pablo podía sentirme tan sola. En la mesa de al lado mientras el hablaba ella estaba tan absorta como la gota que caía. Su espina dorsal olía a desamparo. Nadie quiere oír más que la risa de Eduardo y nunca tuvo tantos amigos. El cerebro de Juana esta compuesto de pipetas, buretas, probetas, matraces, alambiques y sabanas blancas abandonadas en las cuerdas. El que dijo “volveré y seré millones” fue Tupac Amaru. Sebastián aún espera que alguien lo descubra.